De este enero que se larga
entre los dedos,
como tu camisa en una acrobacia de querubines
confusos,
pétalos rendidos,
empapados,
de besos o caricias,
de miradas que incendian
mundos enmohecidos,
canela en tu entrepierna,
las nubes no saben
quedarse quietas
y el día que finaliza
sin música,
denso,
extenuado,
nadie sabe la razón:
si es de amor
o de locura.
Canet
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