Powered By Blogger

miércoles, 25 de marzo de 2015

Sin título 40

No me apetece seguir escribiendo. Me roba energía. 
Hay algo en el desarrollo de la escritura que me arrebata todo lo que he ido cimentando sobre mi carne.
Menos aún me apetece leer. Todo lo que me hiere es la palabra y las manadas de hienas ansiosas. 
Hace un tiempo vi como una caterva de hienas descuartizaban a un ñu. 
Mientras le extraían las tripas y los ojos, el pobre ñu hacía lo posible para continuar respirando.
En ocasiones, creo sentir el vaho de sus bocas sobre la espalda.
Una horda de frases introduciéndose a través de la piel.

Me viene a la memoria aquel día en el que te pregunte qué pensabas de un tipo que escribe versos sobre los celajes.
No recuerdo si llovía o había amanecido. Te lo pregunté mirando al cielo.
Tú, pronunciaste nuestros nombres y acercaste la cabeza para posarla en mi pecho. Me rozo tu cabello y tu voz,
que suena a brisas y jabón.
Recordarte cuando no estás es sentirse como un ñu degollado por alimañas hambrientas.
Lo poco que sé, puedo escribirlo sobre una pequeña pared, y ejecutarlo. 



Canet

No hay comentarios:

Publicar un comentario