Sin título 29

Miles de personajes brotan cada día de mí mismo. 
En congéneres retinas, 
en movimientos adagio y presto, en reflexiones acendradas. 
Como un rosario de envolturas inagotables que se concibe a cada instante. 
Algunos son más bellos, honrados y líricos; 
aunque también los hay de infame linaje,
centro de ciertos vituperios y de algunos celos.
Protagonistas que se me asemejan,
que se equivocan como yo, que sonríen tímidamente.
Y que terminan olvidándose con el tiempo
de cada lectura. 

Canet