El paso de los meses ha ejercido sobre ella y también sobre mí una transformación evidente e inapelable.
Rotando en la rutina diaria, aceptando las responsabilidades que llenan mi vida, todo se transforma.
Pero no me doy cuenta de ello hasta que el más mínimo de los detalles frena el giro implantado, las estrellas se desvanecen y la certeza, como la gran soberana que es, se hace evidente y sacude mi abstraída conciencia.
Mi trayecto, me percato entonces, se diferencia del de la gente que camina por estos lares.
Nuestras preferencias son asimétricas, y esa desigualdad que advierto ante ellos me fuerza a preguntarme hacia dónde caminan, y en qué lugar se desviaron los caminos.
Cierto es que hay un momento para cada asunto.
Mas admito que mis momentos y sus asuntos no encajan en nada con los de los demás.
Tal vez, y sólo es una probabilidad, no estuve alerta cuando debí estarlo.
Y por eso deambulo más que camino.
Aunque ahora, con la impresión inequívoca, y a su vez, sugestiva, sé que algo maravilloso me está ocurriendo,
algo que concede a mi existencia todo el sentido del mundo.
Gracias S.R.L
Canet
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