Los brazos van obteniendo por fin la fuerza que solicitaba.
Me vienen las ganas, demenciales.
Amenaza de construcción poética a la vista.
Temblor y acupuntura de excitación
y caricia productiva. ...
Daremos a luz la felicidad completa cuando comprendamos que no depende de lo que sigamos obstinados en demandar.
Ahora, continuo más vivo que nunca, con todo el sol en la cara y toda la sombra calmante y la brisa que me escurre y el agua que me inunda.
Ahora soy yo porque me han colmado de luz.
La calle esta vez sin ruidos.
El firmamento, de algodonoso a vacío y toda esta carencia de complementos.
De sobra sé que siempre quedaran los refugios, pero tengo firmes intenciones de levantar mi propio futuro.
Me releo y no doy crédito.
Tan sólo me alivian instantes puntuales, la delicadeza, el amor, no pretendo ser abusivo, sé que no es poca cosa
- quizá lo sea todo-,
pero este envejecer enmascaradamente me sigue intimidando.
Se caen algunas hojas de los potos y sin embargo a la orquídea le ha brotado una flor,
morada y minúscula como las sonrisas que brindo.
Sentado en la cocina busco el nervio, toco las paginas con los ojos, engullo sus palabras y cocino verduras en agua salada.
Detención que disfraza el miedo que me viene a las muelas.
Canet
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