
Los hombres son de una mezcla de gris sobre negro. Sus quehaceres han dibujado hondos surcos en sus semblantes. Lo que hacen en sus casas con sus esposas es sencillo de interpretar: nada de nada. Nada interesante. Ni siquiera algo especialmente repugnante. Incluso para ello les falta estilo. El repulsivo trabajo que desarrollan ha dejado al primero sin pelo, al segundo con una halitosis crónica y al tercero con las manos sucias. Me distancio de ellos y me refugio en el anden despoblado, para pasar desapercibido y para que de ningún modo puedan vincularme con aquella piara.
Canet -Febrero 2011
No hay comentarios:
Publicar un comentario