Quedarte a dos números de la lotería,
aplastar la única mina activa
que quedaba en Europa,
o una mierda de vaca,
morir atropellado por los
japoneses en el museo d´Orsay,
una visita inesperada cuando escribes,
perder las llaves de la bici,
caminar por la calle y que te digan hola
creyendo que eres David Bustamante
o Ana Rosa Quintana,
interponerte entre un francotirador y su político,
equivocarte con la sal y el azúcar,
venir al mundo sin ser preguntado,
pensarte
y no encontrarte por ninguna parte.
Un pésimo día lo puede tener cualquiera.
Canet
No hay comentarios:
Publicar un comentario