Powered By Blogger

martes, 14 de julio de 2015

Sin título 65

Me desnudo cuando sonrió 
con una de mis comisuras 
tras proyectarte.
Tú lo ignoras, 
aunque yo sí que lo sé,
todo lo que ese diminuto visaje contiene.

El anochecer es un obsequio 

que me une a tu lado de la cama,
contemplando la posibilidad de ser una misma piel.
Cuando solo cavilo en la ansiedad
que tengo de advertir
la caricia distraída de tu mano mientras caminamos.

Los segundos que faltan para volverte a contemplar
se prolongan desde que descubrí que tú
también me observas,
que en algún momento llegamos a un acuerdo
para despertarnos recíprocamente,
para curarnos las viejas heridas,
repletas de susurros,
para enmarañar las sábanas
y engullir el apetito
para que me desnudes de umbrías
y con tus labios
deleitosos
me entierres de luz.

Recógeme con tus piernas
prometo agarrarte entre mis brazos y
reembolsarte con intereses
el aire que te he quitado con cada beso.

Resulta bonito sentirse delicado,
como me siento yo
sobre todo desde que sé
que tú...
también me observas.

Canet.

No hay comentarios:

Publicar un comentario