Advertir que estás ahí,
mientras pinto en el estudio de alto techo,
mientras escribo versos sobre la frente,
me espolea,
me da seguridad y vigor y confianza.
Me entrego a mis quimeras y avanzo
por borrosos territorios en los que jamás estuve.
No acepta compañía este trayecto:
es necesario estar a solas para lograr encontrar.
Me extravío en algunas ocasiones,
pero merece la pena porque suelo hallar
insólitas maravillas que nadie logró ver antes.
Por favor, no te alejes demasiado
y espera a que salga del estudio;
tú serás, cuando me limpie las manos,
la primera persona en saber de ellas.
Canet.
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