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jueves, 21 de mayo de 2015

Vértigo.


Con la vida sufriéndola bajo las uñas, 
disfrazado de arcaico luto 
y unas frescas lágrimas bañando mis pómulos, 
te advertí por primera vez 
pero no conseguí verte ni que me vieras.

Explorando el mundo desde mi inocente escondite, 
descubrí en ti a la mujer, 
te contemplé, 
y por dejarme fascinar te creí imposible.

A día de hoy, 
con las distancias mermadas, 
nos admitimos sin disimulos, 
confiándonos a la más honesta de las palabras, 
que sólido es el amor.

Ven, aproxímate 
y otórgale un nuevo verso a tu poeta 
que es bajo esta claridad donde deseo amarte, 
crear nuestro propio lenguaje 
y escribirle a esta vehemencia.
¿Que si tengo miedo? 
¿Acaso lo ignoras? 
Tengo un vértigo dogmático, 
pero permíteme creer 
cuánto una mujer puede amar un hombre. 

Canet

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