Atravesando calles,
callejones construidos desde la reflexión,
detenido entre ladrillos y asfalto,
paseo mis zapatillas entre muertos
que alimentan artificios.
El barniz de tristeza y confusión
nos engulle.
Tan fútil,
tan inapreciable,
insensato razonamiento y suicida.
Llevo tierra en los pies,
con cada pisada dibujo contornos
mientras pisoteo muertos.
Llevo tierra y fragancia mojada
de lágrima
y miedo existencial,
mientras los muertos examinan mis huellas,
la oquedad de mi mirada señalada
de temor.
Madriz se viste de gris
y yo muero ahogado.
Canet
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