Todas las líneas escritas
y cada verso
que vomite durante esta jornada
tal vez lleguen con cierta demora.
Cuando todas las aceras desiertas
me recitan para ti,
cuando traspaso
todas las manillas de los relojes,
compongo desde las sombras
de tu distancia,
escribo
a un banco abandonado
y a tu vacío lugar de al lado.
Regresar al hogar
cuando aún el crepúsculo
descansa en las ventanas
y atiborra de luz a las pestañas
en ese preciso momento
que antecede a la soledad.
Ser un felino entre la confusión,
o bicicleta que transita por desnudo asfalto.
Ser la imagen todavía pintada, en un lienzo,
la incomunicación obstinada
pero establecida.
Salir al patio cuando es tarde
ahorcar el sol en el tendedero,
rectificar la luz de las ventanas;
ser hoja que tiemble,
limpiar los pinceles
y entregarse al mecimiento
del pintor huérfano de etiquetas
...y esperarte.
Canet
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