Powered By Blogger

viernes, 4 de marzo de 2016

Porque hay cosas de mí que tarde o temprano irás sabiendo.


Marzo. Tres. 
Un mes que empieza 
con simbología insólita. 

Necesito hablarte 
de las demoras sufridas 
en muchos andenes 
y de los horizontes que se aproximaron 
con tu nombre en la cima. 

De sobra sé que hay cosas de ti que jamás sabré, 
pero mientras caminaré 
por tu piel caligrafiada milímetro a milímetro 
para colocarte al filo de mi carne 
enmarañada de poesías. 

En cada uno de mis relojes ya son las doce. 

Mientras las campanas tañen a medianoche 
el Drácula vegetariano que me habita, 
con camiseta de Zeppelin, con copa de Rioja 
y uñas de óleo 
hinca los dientes en el borde de tu inmensidad. 

Porque es evidente que hay cosas de mí 
que tarde o temprano irás sabiendo, 
no trenzo aullidos, tan sólo pretendo 
concebir este escrito para susurrarte 
que necesito deshilachar alguna nube, 
una hoja en blanco, 
lienzos a mansalva, 
discos rayados, memorias escondidas, 
los jeans, la alfombra, mis camisas, 
cualquier cosa que rechine al destruirse, 
que chille, brame, solloce, suspire. 
Necesito despedazar recónditos pretéritos. 

Dan las doce en punto en la dentadura 
con la que hiero al tiempo. 
Porque sé que hay cosas de ti que jamás sabré. 
Porque hay cosas de mí 
que tarde o temprano irás sabiendo. 

Canet

No hay comentarios:

Publicar un comentario