Mis pájaros no paran de clavar en su lugar
los enormes tejidos del cielo,
de dibujarle pueriles nubes,
de esparcir las moquetas que aparentan ser carreteras sucias
y marchitar el papel de las aceras
por donde pisotean los humanos.
Tenaces,
mis aves de ciudad preparan cada mañana
la decoración del gran espectáculo de la realidad.
Canet y sus pájaros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario