Me gustaría tanto estar ahí
cuando es marzo y jueves,
y ha dejado de llover;
cuando en las tardes
hablas con las nubes
para narrarles desvelos y sonrisas,
que abres las alboradas
en esas madrugadas que nacen oscuras;
cuando la delicada luz de la lámpara
difumina tu sombra en las esquinas
y la noche asomada a la ventana
cuida tu rastro;
cuando Río
te colma de dicha e inquietud
esa repentina forma de ventura;
Me gustaría estar ahí cuando estás fatigada,
cuando me amas tanto,
cuando no me quieres,
y entretejes mi nombre entre tus labios.
Me gustaría tanto estar ahí.
Canet.
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