Fuera quizá haya:
lluvia
o tal vez un huracán de pájaros,
pero a mi mirada se le antoja un nubarrón
con forma de ballena,
mis ojos se obstinan con las imágenes,
presumen de encontrar estructuras y exóticos pigmentos
y hasta son experimentados a la hora de embelesarse
con un precipicio,
mi mirada imagina que el amor
se contempla con las vísceras
o que para abrazar, bastan los labios,
pero me he cansado,
no quiero saber de ilusiones volátiles
ni de quimeras camufladas
ni de tergiversaciones nebulosas e ininteligibles,
por eso despego los ojos de sus cavidades
con una cuchara de café,
los lanzo y ruedan por la cuesta
hasta que caen por alguna grieta
prefiero caminar a ciegas,
palpar algo auténtico con mis manos,
abandonarme por las esencias involuntarias
y extasiarme con un firmamento grandioso.
Canet
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