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lunes, 19 de octubre de 2015

Cebollas, garbanzos y vino.

Cebollas, garbanzos y vino. 
Cebollas, garbanzos y vino. 
Me repito una y otra vez la lista de la compra 
por temor a olvidar algo. 
Cuando era más niño recordaba todo sin esfuerzo. 
Versos gongorinos, idioma de signos, títulos y autores,
cebollas, garbanzos y vino.
Me desoriento porque alguien me ha silbado a lo lejos.
Soy el vástago de la lluvia y asociado de la brisa
y puedo ver a Perseo sosteniendo la cabeza de Medusa
mientras me diluyo entre la caterva cotidiana.
Solo unos instantes después vuelvo a restaurarme
para terminar con mi cometido,
cebollas, garbanzos y vino.
La cajera del supermercado me sonríe
con su boca descuidada,
podría timarme como lo ha hecho en otras ocasiones.
Cebollas, garbanzos y vino.
Cada día precisamos de más cosas y carecemos de lo fundamental,
tal vez podría plantar todo lo que necesito,
pero continuamos teniendo dueños…
cebollas, garbanzos y vino,
cebollas, garbanzos y vino.

Canet

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