Y había lamentos
y armarios-féretro,
y subterfugios,
y gritos,
y cristales rotos
y libros amables,
peligrosos,
y mesas de madera
rotas,
y grandes hombres grises
en la caja tonta,
y personajes misteriosos ocultos
en las sombras,
al lado de la cama.
Aunque
siempre
el silencio de la soledad
estuvo
salvándome.
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