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martes, 3 de noviembre de 2015

Salvándome.


Y había lamentos 
y armarios-féretro, 
y subterfugios, 
y gritos, 
y cristales rotos 
y libros amables, 
peligrosos, 
y mesas de madera 
rotas, 
y grandes hombres grises 
en la caja tonta, 
y personajes misteriosos ocultos 
en las sombras, 
al lado de la cama. 
Aunque 
siempre 
el silencio de la soledad 
estuvo 
salvándome.

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