Somos criaturas de plastilina,
artículos de supermercado empaquetados,
tenemos una fecha de consumo preferente.
Carne sin entrañas.
Personajes amontonados en un almacén
de códigos, guarismos, cifras de moho,
pertenencias inútiles.
Almacenamos desechos:
toda una vida amontonada en
ese enorme basurero.
No hay nada que sea nuestro,
no obstante, más allá de esta pasión
que nos hierve la sangre.
Criaturas permutables;
acuerdos, ventas, ganancias, posesiones,
tierras, muertos, cenizas.
Observad:
la avaricia se ha instalado.
Se ha sentado en tu sofá
y se ha adueñado del mando a distancia y de las llaves.
y te observa desde el espejo
Canet
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