miércoles, 20 de abril de 2016
Sin título 87
La claridad de la mañana escribe adagios
sobre los tejados azafranados del barrio.
Como un aprendiz más, desde primera hora de la
mañana me pongo a escribir las palabras de siempre,
que corregirán como siempre las sombras del atardecer.
Me gusta que el suelo me indique la línea a seguir.
Que las ramas y sus habitantes alados
correteen sobre las ventanas.
Que el ocaso le agregue tonalidades púrpuras
con su paleta de matices.
Y disfruto revelando insólitos significados a las palabras que escribo en los tejados cada día con mi pincel.
Canet.
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