La vida se encuentra lejos
y a la vez está cerca.
Se encuentra en lo que sucede
y en lo que está por acontecer.
En las charlas y en los silencios.
Se presenta donde todos la buscan
y donde tal vez pueda estar.
Uno cree que la vida es como una línea del metro cuyas señales sean paradas donde los pasajeros se montan o se apean.
No hay nada más insólito que la vida.
La vida respira por fuera y por dentro, en cada uno de los bordes, muy allá o demasiado aquí.
Es aquello que palpita en un vocablo,
en un sonido, durante un momento.
Canet.
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